Son 737 los reos que se encuentran actualmente en el pasillo de la muerte en California y esperando el final de su vida por medio de la inyección letal. Por eso resulta significativa – y para no pocos controversial- la reciente medida anunciada por el gobernador Gavin Newsom: La firma de una orden ejecutiva con el que se declara una moratoria a las ejecuciones.
Pero con la orden firmada el 13 de marzo por el nuevo gobernante, automáticamente se instruye el retiro del protocolo de inyección letal en el estado de California y se ordena el cierre inmediato de la Cámara de Ejecución en la polémica prisión estatal de San Quintín.