Cuando llegó la fecha del 10 de diciembre, Rosa Gutiérrez López s negó a regresar a El Salvador como se lo había ordenado el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE ). En cambio, consiguió hospedaje a apenas 14 kilómetros de la Casa Blanca.
Según activistas, la salvadoreña se convirtió en la primera inmigrante no autorizada en refugiarse dentro de un templo religioso ubicado en el área metropolitana de Washington con la esperanza de permanecer definitivamente en el país junto a sus tres hijos estadounidenses por nacimiento.
“Me siento bien porque pienso que migración no puede entrar acá”, dijo Rosa durante una entrevista reciente que ofreció a la agencia The Associated Press en la capilla de la iglesia Cedar Lane Unitarian Universalist, cuya sede en un suburbio capitalino abarca 28.000 metros cuadrados.